domingo, 29 de septiembre de 2013

II. De los Zombis

Los resucitados en la Ciudad

Carlos Córdoba. @CordobCarlos

II. De los zombis

En cuanto a los zombis, la concepción de lo que son estos “seres”  ha tenido una importante variación en los últimos años. Si vamos a la etimología hay muchas lenguas que se refieren a un muerto viviente, todo parece indicar que el vocablo moderno tiene origen en lenguas africanas, en especial en el kikongo del Congo y Angola, donde la palabra zumbi, significa el que ha regresado de la muerte. Pero en otras lenguas africanas se encuentran acepciones parecidas nzambi que significa el espíritu de una persona muerta, el nvumbi que traduce un cuerpo sin alma.  En América los desarrollos del culto vudú en Haití son los que trajeron a esta parte del mundo en concepto de Zombi. 

Para la religión vudú el ser humano tiene un alma dual, lectura que coincide con antiguas creencias griegas, para el Vudú todos tenemos un gran buen ángel (Gros Bon Ange) y un pequeño buen ángel (Ti Bon Ange). Por decirlo de una manera simple el primero, el Gros Bon Ange, es el alma que se encarga de los sentimientos y la personalidad, el segundo es el alma que se encarga del pensamiento y la conciencia. Esta división es definitiva, si se pierde el gran buen ángel se pierde la vida, pero cuando se captura o roba el pequeño buen ángel se tendrá un zombie. A la vez hay dos formas de tener el zombie, como un alma sin cuerpo (zombie incorporeo) o como un cuerpo sin alma (zombie corpóreo). La posibilidad de tener un zomie incorporeo es más antigua y aducía al evento en el cual un hechicero capturaba el Ti bon Ange de alguien, ya sea antes o incluso poco después de la muerte y lo encerraba en una vasija o cántaro para “explotarlo” vendiéndolo, rentándolo u obligándolo a hacer cosas más allá de la materia.

Existe también el zombi cuerpo sin alma o zombi corpóreo. Este es el que se hizo más popular en los relatos y creencias que salieron de la isla. Un zombi corpóreo es un individuo que es regresado de la muerte. Sobre como hacerlo hay muchas versiones, desde la exhumación el posterior acto de hechicería, pasando por el robo del alma en vida para que muera y pueda después ser zombificado, hasta diversos tipos de envenenamiento que convierten a la persona en muertos en vida. Al igual que el incorporeo, el zombi cuerpo sin alma es esclavizado y obligado a determinadas tareas ya sea por parte del hechicero o del amo al cual el hechicero lo rente o venda.

De allí en adelante tanto la literatura como Hollywood han dando toda suerte de matices a los zombis. Las publicaciones sobre estos muertos vivientes se cuentan por cientos y las películas pasan del millar. Son tan populares que a pesar de pertenecer al genero del terror recientemente se hizo una versión de zombis para niños  y hoy los juegos de video sobre el tema divierten a los más chicos. 

Pero hay tres características de la nueva versión de los zombis que han cambiado definitivamente la versión original de las creencias haitianas, veamos un poco de que se trata:

En primer lugar son zombis urbanos. Distinto a los relatos de la presencia de estos seres en las plantaciones y caseríos haitianos, hoy los zombis están en la ciudad. Son una segunda forma de resucitados que, al contrario de los bienaventurados no están por voluntad propia, nadie les prometió el cielo y no son recibidos con júbilo por sus congéneres. Los zombis urbanos son indeseados desde su inicio, son una plaga molesta que afecta la tranquilidad de algunas urbes o rompen con su andar de lado, la rectilínea trayectoria del agitado hombre de negocios urbano. Los zombis invaden las ciudades modernas, las toman por asalto, sin más armas que su deseo de convertir a sus congéneres en parte de los suyos, a lo que por supuesto los urbanitas huyen, no es muy tentador ser mordido por un ser que ya esta muerto y quedar vagando por una eternidad buscando morder a otros, eso suena incluso más aterrador que hacer una fila en el banco.

En segundo lugar tenemos los zombis por contagio. Esta ha sido una nueva forma de producir zombis, ya no es necesario el largo procedimiento que tenía que adelantar el hechicero para estudiar a su victima, tenderle una celada y robar su alma, ahora solo basta con una mordida de un zombi anterior para que otro humano se convierta. Como quiera que el contagio debió comenzar en algún lado y los hechiceros y los saberes tradicionales han sido expulsados de la ciudad, por lo general la culpable es la ciencia. El primer zombi se generó siempre por algún accidente científico o por un perverso fabricador de zombis que desde el principio quiso dominar el mundo y la cosa se le salió de las manos.

En tercer lugar esta el zombi instantáneo, efectivamente, además de que se puede ser zombi por contagio el proceso es aceleradísimo, esto ha evolucionado con el tiempo. En las películas de los ochentas aún veíamos a los zombis salir de la tierra para comer cerebros, no he podido averiguar a quién se le ocurrió esta curiosa dieta, pero así era y por eso había que temerles, ¿será por eso que muchos gobernantes se abstienen de usar el cerebro cuando administran las ciudades?. En los noventa tuvimos películas en las que una mordida de un zombi le daba solo algunas horas, con suerte algo más de un día a una persona para zombificarse. Pero en las recientes series de televisión y películas, la transformación ocurre en minutos o hasta en segundos. En Residente Evil al ser mordido por un zombi había que aislar a la persona porque se sabía que tenía pocos horas, de hecho en cada una de las versiones de la película el contagio se da más rápido. En Guerra mundial Z una mordida genera de manera casi inmediata tremendas convulsiones que convierten en zombi a quien la recibió en poco menos de un minuto, baste recordar lo oportuno que es Brad Pitt al cortar de un machetazo el brazo de su coprotagonista la militar israelí para evitar su zombificación y así salvar su vida y luego de paso el mundo.

Al contrario de los zombis haitianos que eran esclavizados, al parecer los zombis posmodernos no obedecen a nadie, no hay un líder ni se sabe exactamente cuál es su plan, al parecer su único objetivo es contagiar a más y más humanos hasta que tengamos algún holocausto final. A diferencia de los zombis de los 70s y 80s que sólo comían cerebros los actuales son abiertamente antropófagos, aunque no se sabe realmente cómo diferencian a quiénes quieren contagiar y a quienes quieren como almuerzo.

La banalización de los zombis ha llegado a tal punto que en el 2008 se produjo un bodrio titulado Zombie Strippers y esta próxima a salir Mi novio es un zombi


¿Qué se busca con estos nuevos zombis?, yo encuentro varias cosas. En primer lugar tenemos un fenómeno zombi que busca que estemos alertas a los contagios y por supuesto a rechazar al extraño en la ciudad. Allí el fenómeno zombi es una escenificación aterradora de lo que podría ser la gripa aviar, la gripe porcina o alguno otra pandemia. Los zombis son los otros y pueden ser peligrosos, es mejor resguardarnos, no sabemos cuántos pueden estar contagiados ya, no sabemos que está tramando la ciencia. Pero el zombi también puede ser el desplazado, que algo sospechoso tiene para tanto citadino o una barra brava de fútbol que están demostrando ser peores que los zombis. 

En segundo lugar el zombi instantáneo es una figura más acorde con el capitalismo urbano actual, una transformación just in time que ahorra tiempos muertos, valga el termino, y demuestra un proceso absolutamente eficiente, una mordida = un zombi más, lo que cualquier capitalista sueña. Esa mordida simbólica en la ciudad hoy es un regueton, una telenovela, el concierto de Beyoncé o hasta una discusión sobre una lista cerrada al Senado, cualquier cosa que obnubile –dije obnubile, no confunda las letras-.  En tercer lugar el mensaje podría ser: hay que tenerle miedo a esos que se creen libres y no tienen planes ni líderes, ¿qué será lo que quieren?, ¿qué estarán tramando?, hay que tener cuidado, pueden terminar tomando el control de la ciudad como en walking dead.
Hay muchas formas de zombis en la ciudad. ¿Acaso no responden a este comportamiento muchas de las burocracias públicas y bancarias?, ¿no es bastante parecido a un comportamiento zombi los lugares comunes de las conversaciones con los dependientes de los inútiles Call Center?, ¿no parecen zombis los miles de conductores en fila en hora pico que no se han querido bajar de su automóvil privado?, ¿no esta zombificando el trabajo esclavo oculto en la periurbanización o en talleres con condiciones infrahumanos?, ¿no son zombis las personas a las cuales venden en nuestras ciudades?

La literatura y el cine sobre los zombis es fascinante, cómo hemos convertido a los otros en zombis en nuestra ciudad, no lo es tanto, cómo nos hemos zombificado nosotros ya no es para nada atractivo. ¡Que la ciudad no te muerda, que no te conviertas en su resucitado maldito!