martes, 17 de diciembre de 2013

Bogotá sin Alcalde: ¿Al final quién pierde?


@CordobCarlos
Mucho se ha discutido en los medios colombianos sobre la destitución del Alcalde de Bogotá Gustavo Petro. Cientos de notas de prensa, varias decenas de columnas, miles de tuits y de manifestaciones en las redes han debatido sobre el futuro del alcalde. En cambio han sido muy pocas las notas que se han dedicado a auscultar cuál será el futuro de Bogotá. Propio de nuestra triste historia donde un escándalo tapa el otro y donde genera mayor interés una confrontación política que una discusión sobre desarrollo.



En esta entrada voy a centrarme en las consecuencias que tiene para la ciudad la supuesta salida del Alcalde. Más allá de si es justa o injusta, legal o ilegal, hay cuatro grandes temas en los cuales pierde Bogotá por culpa de estos “bandazos” institucionales.

1.     El largo plazo. La ciudad pierde cada vez más su capacidad de pensar y planear el largo plazo, los constantes cambios de “modelo” han generado que se pierda todo interés por planear el largo plazo, o por lo menos por construir referentes estratégicos para el largo plazo. Atrás quedó la planeación indicativa que quería definirlo todo por anticipado, es cierto, pero no hay ciudad en el mundo que haya logrado una transformación importante sin que se haya dado un ejercicio de reflexión y apuesta estratégica para el largo plazo. Paradójicamente Bogotá es ejemplo de ello, los grandes avances que se dieron durante los años 90 e inicios de la primera década del siglo XXI recogieron propuestas y apuestas de los ejercicios de planeación y prospectiva que se elaboraron por aquel entonces. ¿quién se ocupa del largo plazo de la ciudad en medio de los escándalos de corrupción de hace un par de años o de la confrontación política que estamos viviendo ahora?
2.     Consolidación de políticas. El otro gran sacrificio es la posibilidad de consolidar políticas. Una ciudad tan grande y compleja necesita ensayar, probar, aprender y corregir para poder adoptar políticas públicas efectivas. En periodos de trabajo de dos años o menos es imposible consolidar una política pública. Si a los cambios en los alcaldes se suma una alta rotación en varias carteras como efectivamente lo hemos tenido, lo que tenemos es un costoso y permanente recomenzar de ensayos y formulaciones de políticas que nunca llegan a consolidarse. ¿a quién le interesaría consolidar una política pública heredada si es mas vendedor diferenciarse y mostrar cada dos años que se están reinventando la ciudad?

3.     La ejecución del presupuesto. Paradójicamente el mismo día que se anunció la destitución del Alcalde, también se aprobó en el Concejo el presupuesto más alto en la historia de Bogotá, 14,7 billones de pesos para el año 2014. En Bogotá hace rato el problema dejó de ser de recursos, lo complicado es ejecutar y en eso los últimos gobiernos han mostrado que se enredan mucho en trámites y que al año se deja de ejecutar más de un billón de pesos. El año 2014 ya presentaba un reto para la ejecución debido a la llamada Ley de Garantías que comienza a regir por las elecciones nacionales y que restringe varias formas de contratación. Si a esto se le suma que difícilmente se sabrá quién es el nuevo Alcalde antes de 4 meses y que quien llegue tendrá que comenzar a lidiar con un presupuesto ya aprobado, no es descabellado pensar que por lo menos una cuarta parte del presupuesto del 2014 quedará sin ejecutar en detrimento de los ciudadanos que necesitan los bienes y servicios que se planean costear con esos recursos. ¿No estamos teniendo en estos gobiernos de corto plazo una capacidad de anuncio que parece ser inversamente proporcional la capacidad de ejecutar recursos para tener resultados?
4.     Los proyectos estratégicos para la ciudad. Por último hay una serie de grandes proyectos que quedan en el limbo y dependerán de las decisiones del próximo mandatario, algunos de ellos son:
a.     El SITP. El sistema integrado de transporte nació con muchos problemas y en su implementación estos no han hecho más que acrecentarse, hoy es incierto su financiamiento y su futuro, la inestabilidad institucional aumenta la probabilidad de que al final este sea otro fracaso en el intento por ordenar la movilidad en la ciudad.
b.     El Metro. Es tal vez el proyecto más amenazado, aunque el Alcalde deja lista la financiación y acaba de dar claras muestras de querer dejar inamovibles en este crucial proyecto, lo cierto es que el próximo Alcalde podrá definir si contrata o no las obras y lo mas probable es que no lo hará.

c.     Recolección de basuras. El “florero de Llorente”, el tema por el cual supuestamente es destituido el Alcalde queda también en el limbo. Un año después de iniciar su implementación es claro que su nivel de eficiencia deja mucho que desear y el desorden administrativo e institucional acompañado de la falta de planeación no le auguran nada bueno. Si además llega un Alcalde de otra corriente ideológica, lo más probable es que devuelva la ciudad al esquema de oligopolio en el que se encontraba, mientras tanto preparémonos para más improvisaciones.

d.     Por último esta el Plan de Ordenamiento Territorial. Los gobierno de corto plazo de Moreno y López no fueron capaces de hacer una revisión del POT, ahora lo agradecemos. El gobierno de Petro se encaminó en un POT que cambia radicalmente el modelo de ciudad, esto el valió no pocas peleas con fuertes contendores públicos y privados. Con toda seguridad el que llegue no va a querer heredar estas peleas y preferirá volver a hacer revisión, es decir, solo tendremos nuevo POT a mediados del 2015.

Tal vez estoy viendo el vaso medio vacío. Pero claramente en este coyuntura la que pierde es Bogotá, sus ciudadanos, su ordenamiento, su desarrollo y su bienestar. Es un sacrificio que los egos políticos y las decisiones judiciales lastimosamente no miden pero que harán más mella que toda la parafernalia que se esta ventilando de lado y lado en esta coyuntura.

jueves, 14 de noviembre de 2013

¿Cómo parar los asesinatos por robo de celular?


¿Cómo parar los asesinatos por robo de celular?
 Carlos Córdoba Martínez
@CordobCarlos


Hace algunos años tuve que revisar una amplia bibliografía sobre criticas al capitalismo en las ciudades. En esto hay muchos mitos, bastantes lecturas poco rigurosas que ven fantasmas y conspiraciones en todos lados, pero también hay rigurosos y documentados trabajos académicos. Uno de los libros que me impacto fue La Corporación de Joel Bakan. El autor narra varios casos de desmedida priorización del lucro sobre otros aspectos del bienestar y especialmente de la vida. El que más recuerdo es un caso en los años 70, un Vehiculo nuevo es impactado por detrás en un semáforo, el vehículo se incendia, parte de la familia perece y los sobrevivientes quedan desfigurados por el impacto de las quemaduras. La compañía automotriz es demandada y en el peritazo se descubre que en ese diseño de automóvil el tanque de gasolina esta puesto muy atrás y siempre que tenga un choque, así este sea leve, se incendiará.

Lo lógico por supuesto, para poder salvar vidas, era que la compañía recogiera las unidades existentes y reparara el error de diseño y construcción. Sorprendentemente la compañía decide hacer una proyección de los costos en los cuales tendría que incurrir al recoger todas las unidades y luego hacer los ajustes, estos costos los compara contra una simulación de posibles choques, demandas e indemnizaciones, como quiera que la cifra del primer calculo es superior, la decisión de la Ford es no solo no retirar las unidades del mercado, sino que tampoco se corrige el error en los que ya están en línea de producción. Son muchas las personas que mueren y quedan desfiguradas por choques simples, en algunos casos los tribunales le dan la razón a la multinacional y al final esta pierde muy poco dinero.




Esta larga introducción tienen un sentido. En Colombia a partir del 2011 hay más celulares que personas y este ha sido un prospero negocio que ha dado jugosos dividendos al oligopolio que lo maneja. Pero el impacto en las ciudades ha tenido una externalidad negativa como llamarían los economistas, los celulares se han convertido en un objeto preciado de los ladrones que no tienen ninguna consideración con la integridad de sus victimas. Los estudios de seguridad urbana muestran la crecientes cifras de homicidios y lesiones personales ligadas al hurto de celulares. ¿Porqué los roban y porqué matan? Por que es un gran negocio. Un celular hurtado es rápidamente reconfigurado y vuelto a poner en circulación en cuestión de días. El mercado negro de teléfonos usados que han cobrado vidas es un prospero y creciente negocio. Las compañías de celulares son calladas cómplices de este circulo vicioso de muerte.
 



Muchos escuchamos hace un par de años los pactos que hicieron las compañías para marcar electrónicamente todos los equipos, nunca volver a activar los teléfonos robados y denunciar a quienes pretendieran activarlos. ¿qué pasó entonces? Pues que no han cumplido. Según cálculos de expertos y de la Alta Consejería para la Seguridad Ciudadana, mensualmente deberían estarse desactivando y reportando en promedio de 500 mil aparatos. Pues bien, en los últimos 6 meses las compañías de celulares han desactivado 80 mil equipos, es decir menos del 3% de lo que deberían hacer. ¿qué pasa con el otro 97% de equipos? Pues que vuelven al mercado por que es un buen negocio para las empresas y es un negocio al que no van a renunciar.

¿qué argumentan las empresas? Que tecnológicamente es muy difícil, que llevar registros es complejo, que esa cifra no es real, que es muy costosa toda la operación, etc. Pero al igual que la Ford en los setentas, nuestras compañías ya hicieron su calculo y saben que les va mejor con un dejar hacer, dejar pasar. Máxime en un país con una legislación donde esta más cerca la posibilidad de encarcelar al muerto por haberse dejado robar, antes que ver un fallo de condena contra una de estas empresas por su irresponsabilidad con la vida de la gente.




¿Todo esta perdido? No. Hay una opción. El gobierno Nacional adjudico las llamadas licencias de Cuarta Generación o 4G que permitirán mejorar ostensiblemente el pésimo servicio de estas compañías de celular, para ello se necesitará instalar nuevas antes en la mayoría de las ciudades, esto dependerá de los Planes de Ordenamiento Territorial y de los permisos que den los alcaldes. Es decir, por primera vez, después de meses y años en que los alcaldes y el gobierno nacional le han rogado a estas compañías que se comprometan, son los alcaldes los que tienen la sartén por el mango. Para decirlo de una vez: los alcaldes de ciudades capitales y de grandes ciudades, el mismo gobierno nacional debería condicionar la instalación de la infraestructura de 4G al cumplimiento de las obligaciones por parte de las compañías de telefonía celular en lo que respecta a la desactivación de equipos y otros compromisos no solamente de servicios sino en especial de seguridad, de seguridad en la vida de los usuarios. Esta debería ser una exigencia conjunta entre todos los gobiernos urbanos en Colombia.

¿Qué podemos perder? Ya tenemos uno de los peores y más caros servicios de telefonía móvil del mundo, no creo que nos puedan amenazar con algo peor, no creo que tengamos mucho que perder pero si hay muchas, muchísimas vidas que ganar… Si no lo logramos, ya estoy empezando a escribir el adendo al libro de Bakan para mostrar que aquí tenemos casos más aberrantes de capitalismo a ultranza.

domingo, 20 de octubre de 2013

El lento arranque del Sistema Integrado de Transporte en Bogotá


El lento arranque del SITP
Carlos Córdoba Martínez
@CordobCarlos

Los anuncios sobre las grandes transformaciones de la movilidad en Bogotá son de vieja data. Tal vez el primero se dio en 1910 cuando se comenzaron a reemplazar las mulas y bueyes por motores eléctricos como sistema de tracción de los tranvías. Los gobernantes de aquel entonces afirmaban que con este cambio Bogotá se estaba poniendo a la vanguardia de transporte urbano en Latinoamérica. Baste recordar que por aquellos años Buenos Aires estaba terminando su primera línea de Metro.


Hace más de una década se está anunciando la organización del transporte público de Bogotá. Se nos dijo que la entrada de Transmilenio era la cuota inicial del nuevo sistema y que rápidamente los bogotanos tendríamos un transporte más eficiente y digno. En el pasado gobierno se hicieron los diseños y se estructuró el Sistema Integrado de Transporte Público –SITP-, muchas discusiones se dieron ya que a pesar de tener un excelente grupo de técnicos en los diseños, los contratos que se firmaron son leoninos y favorecen ampliamente al poderoso gremio de los transportadores. La concesión otorgada por un cuarto de siglo es realmente impresentable pero así los adjudico y firmó el Alcalde Moreno, una muestra más de que donde hay politiquería la técnica tiene poco que hacer. Dicho sea de paso, ese es un juicio de responsabilidad que todavía esta pendiente con esa Administración.

A pesar de la firma de los contratos que ya aseguraba las ganancias de los transportadores, el sistema no arrancó en esa Administración, el “chicharrón” se lo dejaron al siguiente, al Alcalde Petro que ha tenido que enfrentar este gigantesco problema y que no se ha caracterizado por la estabilidad en directrices sobre el sector. Lo cierto es que hoy tenemos lo que todos los expertos decían que no se debía hacer: un SITP arrancando a paso de tortuga y compitiendo en desventaja con un vetusto e indigno transporte que se aferra con uñas y dientes para que no lo saquen del juego, a pesar de que muchos de los propietarios son los mismos. Como si fuera poco, varios de los “nuevos” operadores del sistema están amenazando con declararse en quiebra y por la clase de contratos que se firmaron lo más probable es que sea la Administración la que tenga que responder, es decir, nosotros con nuestros impuestos.



Después de una década de anuncios, de años de debates y diseños, de licitaciones multimillonarias, hoy seguimos viendo los racimos de personas que tienen que abrirse paso a codazos entre sus congéneres mientras conductores suicidas infringen toda suerte de normas para ganar la guerra del centavo. No es un tema fácil pero la ciudadanía ya ha dado un compás de espera demasiado largo. Los ciudadanos querríamos ver el mismo arrojo que ha tenido el Alcalde en decisiones como el desmonte del oligopolio en la recolección de las basuras o  la reducción de las tarifas del agua, en el liderazgo de la implementación del SITP, lo cual sugiere enfrentar los intereses del poderoso gremio de los transportadores. Si hay algo que va en contra de la llamada Bogotá Humana es el desgobierno del transporte público de la ciudad, ojala la Administración muestre resultados en el corto plazo.

domingo, 29 de septiembre de 2013

II. De los Zombis

Los resucitados en la Ciudad

Carlos Córdoba. @CordobCarlos

II. De los zombis

En cuanto a los zombis, la concepción de lo que son estos “seres”  ha tenido una importante variación en los últimos años. Si vamos a la etimología hay muchas lenguas que se refieren a un muerto viviente, todo parece indicar que el vocablo moderno tiene origen en lenguas africanas, en especial en el kikongo del Congo y Angola, donde la palabra zumbi, significa el que ha regresado de la muerte. Pero en otras lenguas africanas se encuentran acepciones parecidas nzambi que significa el espíritu de una persona muerta, el nvumbi que traduce un cuerpo sin alma.  En América los desarrollos del culto vudú en Haití son los que trajeron a esta parte del mundo en concepto de Zombi. 

Para la religión vudú el ser humano tiene un alma dual, lectura que coincide con antiguas creencias griegas, para el Vudú todos tenemos un gran buen ángel (Gros Bon Ange) y un pequeño buen ángel (Ti Bon Ange). Por decirlo de una manera simple el primero, el Gros Bon Ange, es el alma que se encarga de los sentimientos y la personalidad, el segundo es el alma que se encarga del pensamiento y la conciencia. Esta división es definitiva, si se pierde el gran buen ángel se pierde la vida, pero cuando se captura o roba el pequeño buen ángel se tendrá un zombie. A la vez hay dos formas de tener el zombie, como un alma sin cuerpo (zombie incorporeo) o como un cuerpo sin alma (zombie corpóreo). La posibilidad de tener un zomie incorporeo es más antigua y aducía al evento en el cual un hechicero capturaba el Ti bon Ange de alguien, ya sea antes o incluso poco después de la muerte y lo encerraba en una vasija o cántaro para “explotarlo” vendiéndolo, rentándolo u obligándolo a hacer cosas más allá de la materia.

Existe también el zombi cuerpo sin alma o zombi corpóreo. Este es el que se hizo más popular en los relatos y creencias que salieron de la isla. Un zombi corpóreo es un individuo que es regresado de la muerte. Sobre como hacerlo hay muchas versiones, desde la exhumación el posterior acto de hechicería, pasando por el robo del alma en vida para que muera y pueda después ser zombificado, hasta diversos tipos de envenenamiento que convierten a la persona en muertos en vida. Al igual que el incorporeo, el zombi cuerpo sin alma es esclavizado y obligado a determinadas tareas ya sea por parte del hechicero o del amo al cual el hechicero lo rente o venda.

De allí en adelante tanto la literatura como Hollywood han dando toda suerte de matices a los zombis. Las publicaciones sobre estos muertos vivientes se cuentan por cientos y las películas pasan del millar. Son tan populares que a pesar de pertenecer al genero del terror recientemente se hizo una versión de zombis para niños  y hoy los juegos de video sobre el tema divierten a los más chicos. 

Pero hay tres características de la nueva versión de los zombis que han cambiado definitivamente la versión original de las creencias haitianas, veamos un poco de que se trata:

En primer lugar son zombis urbanos. Distinto a los relatos de la presencia de estos seres en las plantaciones y caseríos haitianos, hoy los zombis están en la ciudad. Son una segunda forma de resucitados que, al contrario de los bienaventurados no están por voluntad propia, nadie les prometió el cielo y no son recibidos con júbilo por sus congéneres. Los zombis urbanos son indeseados desde su inicio, son una plaga molesta que afecta la tranquilidad de algunas urbes o rompen con su andar de lado, la rectilínea trayectoria del agitado hombre de negocios urbano. Los zombis invaden las ciudades modernas, las toman por asalto, sin más armas que su deseo de convertir a sus congéneres en parte de los suyos, a lo que por supuesto los urbanitas huyen, no es muy tentador ser mordido por un ser que ya esta muerto y quedar vagando por una eternidad buscando morder a otros, eso suena incluso más aterrador que hacer una fila en el banco.

En segundo lugar tenemos los zombis por contagio. Esta ha sido una nueva forma de producir zombis, ya no es necesario el largo procedimiento que tenía que adelantar el hechicero para estudiar a su victima, tenderle una celada y robar su alma, ahora solo basta con una mordida de un zombi anterior para que otro humano se convierta. Como quiera que el contagio debió comenzar en algún lado y los hechiceros y los saberes tradicionales han sido expulsados de la ciudad, por lo general la culpable es la ciencia. El primer zombi se generó siempre por algún accidente científico o por un perverso fabricador de zombis que desde el principio quiso dominar el mundo y la cosa se le salió de las manos.

En tercer lugar esta el zombi instantáneo, efectivamente, además de que se puede ser zombi por contagio el proceso es aceleradísimo, esto ha evolucionado con el tiempo. En las películas de los ochentas aún veíamos a los zombis salir de la tierra para comer cerebros, no he podido averiguar a quién se le ocurrió esta curiosa dieta, pero así era y por eso había que temerles, ¿será por eso que muchos gobernantes se abstienen de usar el cerebro cuando administran las ciudades?. En los noventa tuvimos películas en las que una mordida de un zombi le daba solo algunas horas, con suerte algo más de un día a una persona para zombificarse. Pero en las recientes series de televisión y películas, la transformación ocurre en minutos o hasta en segundos. En Residente Evil al ser mordido por un zombi había que aislar a la persona porque se sabía que tenía pocos horas, de hecho en cada una de las versiones de la película el contagio se da más rápido. En Guerra mundial Z una mordida genera de manera casi inmediata tremendas convulsiones que convierten en zombi a quien la recibió en poco menos de un minuto, baste recordar lo oportuno que es Brad Pitt al cortar de un machetazo el brazo de su coprotagonista la militar israelí para evitar su zombificación y así salvar su vida y luego de paso el mundo.

Al contrario de los zombis haitianos que eran esclavizados, al parecer los zombis posmodernos no obedecen a nadie, no hay un líder ni se sabe exactamente cuál es su plan, al parecer su único objetivo es contagiar a más y más humanos hasta que tengamos algún holocausto final. A diferencia de los zombis de los 70s y 80s que sólo comían cerebros los actuales son abiertamente antropófagos, aunque no se sabe realmente cómo diferencian a quiénes quieren contagiar y a quienes quieren como almuerzo.

La banalización de los zombis ha llegado a tal punto que en el 2008 se produjo un bodrio titulado Zombie Strippers y esta próxima a salir Mi novio es un zombi


¿Qué se busca con estos nuevos zombis?, yo encuentro varias cosas. En primer lugar tenemos un fenómeno zombi que busca que estemos alertas a los contagios y por supuesto a rechazar al extraño en la ciudad. Allí el fenómeno zombi es una escenificación aterradora de lo que podría ser la gripa aviar, la gripe porcina o alguno otra pandemia. Los zombis son los otros y pueden ser peligrosos, es mejor resguardarnos, no sabemos cuántos pueden estar contagiados ya, no sabemos que está tramando la ciencia. Pero el zombi también puede ser el desplazado, que algo sospechoso tiene para tanto citadino o una barra brava de fútbol que están demostrando ser peores que los zombis. 

En segundo lugar el zombi instantáneo es una figura más acorde con el capitalismo urbano actual, una transformación just in time que ahorra tiempos muertos, valga el termino, y demuestra un proceso absolutamente eficiente, una mordida = un zombi más, lo que cualquier capitalista sueña. Esa mordida simbólica en la ciudad hoy es un regueton, una telenovela, el concierto de Beyoncé o hasta una discusión sobre una lista cerrada al Senado, cualquier cosa que obnubile –dije obnubile, no confunda las letras-.  En tercer lugar el mensaje podría ser: hay que tenerle miedo a esos que se creen libres y no tienen planes ni líderes, ¿qué será lo que quieren?, ¿qué estarán tramando?, hay que tener cuidado, pueden terminar tomando el control de la ciudad como en walking dead.
Hay muchas formas de zombis en la ciudad. ¿Acaso no responden a este comportamiento muchas de las burocracias públicas y bancarias?, ¿no es bastante parecido a un comportamiento zombi los lugares comunes de las conversaciones con los dependientes de los inútiles Call Center?, ¿no parecen zombis los miles de conductores en fila en hora pico que no se han querido bajar de su automóvil privado?, ¿no esta zombificando el trabajo esclavo oculto en la periurbanización o en talleres con condiciones infrahumanos?, ¿no son zombis las personas a las cuales venden en nuestras ciudades?

La literatura y el cine sobre los zombis es fascinante, cómo hemos convertido a los otros en zombis en nuestra ciudad, no lo es tanto, cómo nos hemos zombificado nosotros ya no es para nada atractivo. ¡Que la ciudad no te muerda, que no te conviertas en su resucitado maldito!

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Los resucitados en la ciudad: I. De los bienaventurados.




Los resucitados en la ciudad
Carlos Córdoba. @CordobCarlos


Va la primera de tres columnas sobre la relación de los resucitados con la ciudad. En las otras se escribirá sobre los zombies y los santos.

I.                   De los bienaventurados

La resurrección (levantarse, volver a nacer, resurgir) es un mito antiguo, varias investigadores han concluido que son diversas las religiones que coinciden en el renacimiento como parte de mito unificador de sus creencias[1]. En la religión griega, así como en las mitologías nórdicas la diferencia más importante era entre lo mortal y lo inmortal y aunque existían relatos de mortales que volvían a la vida después de morir gracias a la intercepción de algún dios, esto no era el centro de la creencia. En el antiguo testamento se encuentran varias referencias a la resurrección, en especial  por mediación de profetas. A la vez se le da a Yahvé la facultad de resucitar[2].  Hay también diversas alusiones a la resurrección en sentido metafórico como preservación del pueblo de Israel[3].
Pero es el nuevo testamento el que le da un carácter estratégico a la resurrección a los bienaventurados. La resurrección en el nuevo testamento no solo es la prueba más grande de la descendencia divina de Jesús, sino su promesa central para la salvación[4].

Así la fabula de la resurrección de cristo, es convertida por los primeros cristianos y especialmente por Pablo en la piedra angular de la nueva religión[5], la religión que no solo promete vida eterna sino que la carne tomara vida nuevamente, claro esta esto solo le sucederá a los bienaventurados. Jesús no fue el único ni el primero que se autoproclamó el Mesías, de echo, parte de la falta de credibilidad que inicialmente le daban los judíos se debía en parte a que en Jerusalén estaban un poco cansados de tanto mecías que quería salvarlos[6]. Pero es la alegoría de la resurrección la que permite que en adelante los cristianos le den un sentido a toda la vida de Jesús, desde su candido nacimiento hasta su sufrida muerte.
Durante muchos años la resurrección fue el centro de la fe cristiana pero no llegó a tener mayores reflexiones más allá de los actos de fe. Será en la edad media cuando se escriben algunos tratados que se ocupan ya no de la resurrección del alma si no de lo que Agamben llama la fisiología de los bienaventurados[7]. Los religiosos estudiosos del tema trataban de dilucidar la relación entre el cuerpo resucitado y el cuerpo que se tenía en vida. Apuesto a que muy pocos de los que lean esto se habían hecho esa pregunta, ¿es el mismo cuerpo?, ¿es el mismo ser? Estas preguntas son generales y tal vez sencillas, pero retomemos algunas otras cuestiones puntuales sobre las cuales se discutía en el medioevo. “Si a un ladrón se le había amputado una mano ¿debería esta volver a unirse al cuerpo al momento de la resurrección?”. Una pregunta que se hacía Tomas de Aquino era: la costilla de Adán, a partir de la cual se formó Eva, ¿resucitará en él o en ella?,  otros se preguntaban: ¿qué pasará con el cabello y las uñas?, que sucederá con los antropófagos ¿el cuerpo de sus victimas resucitará en sus estómagos? Algún teólogo llego a preguntarse si los intestinos resucitarían llenos o vacíos, es decir si las inmundicias humanas también resucitarían.
Pero la reflexión no terminaba allí, los creativos teólogos y hombres de fe también se preguntaban por lo que podríamos llamar las rutinas de los resucitados. Van algunas preguntas más: ¿qué función tienen los órganos sexuales de los resucitados?, ¿tendrían relaciones sexuales?, ¿si las tienen, podrían procrear?, ¿necesitarán alimento? Así las cosas, las primeras preguntas por lo que hoy podríamos llamar la superpoblación surgen también en el medioevo, de hecho estas preguntas se dan en medio de la conformación de las ciudades-fortaleza o ciudad-muralla. Con la resurrección y la posibilidad de engendrar no solo de los vivos sino de los resucitados y con la ausencia de muerte definitiva, rápidamente el mundo, el paraíso, no sería lo suficientemente grande para darles cabida a todos. Cómo adicionalmente esta reflexión se hacía en una época en que no se había inventado el inodoro y las ciudades estaban teniendo problemas de saneamiento básico, también había preocupación por qué hacer con tanto excremento, de allí la frase de Guillermo de Paris que recuerda Agamben: “maledicta paradisus in qua tantum cacatur!”.

Vayamos un poco más allá con la imaginación, ¿qué pasaría con los resucitados en las ciudades de hoy?, ¿cabríamos todos nacidos y renacidos? Hoy tal vez no volveríamos a las preguntas de la edad media, pero si a las preocupaciones de las rutinas de la vida diaria urbana. Ya me imagino yo a los políticos de China o India haciendo enmiendas a la Ley de hijo único para anunciar que sólo se permitirá un resucitado por familia a riesgo de que se les eche a perder un par de décadas de control de natalidad. Qué harían los musulmanes de línea dura con sus resucitados que se han inmolado ¿les volverían a pedir que explotaran bombas ya que son mano de obra con experiencia? Cómo procederían los gringos con sus muertos por sobrepeso ¿les prohibirían la entrada a Macdonalds o solo les comprarían seguros de “vida” mas caros?, ¿los resucitados tendrían el descaro de ir a Macdonalds?, ¿venderían seguros de “vida” para los resucitados? Y que decir de nosotros en Colombia, no me quiero imaginar el trámite para incluir a un resucitado miembro de la familia en el POS, ¿nos pedirían que al lado del acta de defunción anexáramos un certificado de resurrección autenticado?, ¿quién expediría esos certificados?, con toda seguridad se abriría una gran discusión si son las notarías o los juzgados.

Los principales problemas efectivamente lo tendrían las ciudades, nuestros sistemas de transporte, los espacios públicos, los colegios, los restaurantes, la gente comenzaría ver a los bienaventurados con la sonrisita de cortesía pero lo más probable es que su “tolerancia” no diera para mucho.  Entonces vendría la segregación y la resucitofobia, ese raro síndrome que no demoraría en ser diagnosticado por psicólogos profesionales y aficionados y que concluirían que no soportamos a los bienaventurados. No es muy difícil concluir que eso pasará, pues si en nuestras ciudades de hoy tenemos fobias por el color de la piel, la tendencia sexual, la edad o el género, las creencias o las ideas políticas, no me quiero imaginar los movimientos antiresucitados y sus carteles exigiendo que se vayan. De otro lado no dudo que se comenzarían a generar discursos de inclusión, acciones de tutela y hasta demostraciones de convivencia pacífica como un matrimonio en la plaza de Bolívar entre una viva y un resucitado mostrando que “todas y todos somos ciudad”.

La iglesia ha guardado silencio durante los últimos siglos sobre la fisiología y las rutinas esperadas de los bienaventurados. Aunque a diario se repite en los pulpitos la promesa de la salvación y la resurrección, esta ya es entendida por los propios clérigos como un simbolismo fabulado que por supuesto no resistiría 15 minutos de debate. Además, el papa y su corte tienen suficientes problemas con la infiltración de la mafia en el Banco del Vaticano, con la permisibilidad con la pederastia y con su doble moral con el homosexualismo y el aborto, como para ponerse a hacer reflexiones sobre millones de seres humanos que vuelven de sus tumbas a habitar unas ciudades que por supuesto ya no es un paraíso. Los políticos no se ocuparán del tema, a menos que pudieran sacar provecho, es decir, a menos que pudieran sacar las cedulas de los muertos que han utilizado varias veces y mostrar que efectivamente esos muertos podían votar –¡si, si Forero Fetecua tenía razón, los muertos pueden votar!-. Pensándolo bien los resucitados son el sueño de todo político corrupto. Mejor dejémoslos en sus tumbas, tal vez su gran bienaventuranza sea seguir estando muertos y no venir a que los importunemos en la ciudad.



[1] Para  MacCabe hay similitudes por lo menos entre el mito cristiano, el sumerio y el egipcio.  De hecho para este autor la resurrección de Cristo no tiene nada original y más bien fue una adaptación judeocristiana de mitos anteriores. McCabe, Joseph (1993). The myth of the resurrection and other essays. Buffalo, NY. Prometheus Books.
[2] «Él, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura» (Salmo 103[102]:3-4)
[3]En el capitulo 37 del libro de Ezequiel se habla de El valle de los huesos secos
“1La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.
3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.
4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.
5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.
6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.
7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.
8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.
9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.
10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.
12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.
13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.
14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.”
[4] El apóstol Pablo dice:"todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23), pero luego agrega: "Porque la paga del pecado es muerte, mas ladádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23).
Luego afirma en su carta a los Corintios: "esto mortal se vista de inmortalidad", en la resurrección que ocurrirá cuando Cristo regrese” (1 Corintios 15:53).
[5] BADIOU, Alain (1999) San Pablo: La fundación del universalismo. Anthropos. Barcelona.
[6] SEBAG-MONTEFIORE, Simon (2012) Jerusalén la biografía. Cátedra. Barcelona. Pag 139-148.
[7] AGAMBEN, Giorgio (2005). Lo abierto: El hombre y el animal. Pre-textos. Valencia. Pag 31-34.