¿Cómo parar los asesinatos por robo de celular?
Carlos Córdoba Martínez
@CordobCarlos
Hace algunos años tuve que revisar una amplia bibliografía
sobre criticas al capitalismo en las ciudades. En esto hay muchos mitos,
bastantes lecturas poco rigurosas que ven fantasmas y conspiraciones en todos
lados, pero también hay rigurosos y documentados trabajos académicos. Uno de
los libros que me impacto fue La Corporación de Joel Bakan. El autor narra
varios casos de desmedida priorización del lucro sobre otros aspectos del
bienestar y especialmente de la vida. El que más recuerdo es un caso en los
años 70, un Vehiculo nuevo es impactado por detrás en un semáforo, el vehículo
se incendia, parte de la familia perece y los sobrevivientes quedan
desfigurados por el impacto de las quemaduras. La compañía automotriz es
demandada y en el peritazo se descubre que en ese diseño de automóvil el tanque
de gasolina esta puesto muy atrás y siempre que tenga un choque, así este sea
leve, se incendiará.
Lo lógico por supuesto, para poder salvar vidas, era que la
compañía recogiera las unidades existentes y reparara el error de diseño y
construcción. Sorprendentemente la compañía decide hacer una proyección de los
costos en los cuales tendría que incurrir al recoger todas las unidades y luego
hacer los ajustes, estos costos los compara contra una simulación de posibles
choques, demandas e indemnizaciones, como quiera que la cifra del primer
calculo es superior, la decisión de la Ford es no solo no retirar las unidades
del mercado, sino que tampoco se corrige el error en los que ya están en línea
de producción. Son muchas las personas que mueren y quedan desfiguradas por
choques simples, en algunos casos los tribunales le dan la razón a la
multinacional y al final esta pierde muy poco dinero.
Esta larga introducción tienen un sentido. En Colombia a
partir del 2011 hay más celulares que personas y este ha sido un prospero
negocio que ha dado jugosos dividendos al oligopolio que lo maneja. Pero el
impacto en las ciudades ha tenido una externalidad negativa como llamarían los
economistas, los celulares se han convertido en un objeto preciado de los
ladrones que no tienen ninguna consideración con la integridad de sus victimas.
Los estudios de seguridad urbana muestran la crecientes cifras de homicidios y
lesiones personales ligadas al hurto de celulares. ¿Porqué los roban y porqué
matan? Por que es un gran negocio. Un celular hurtado es rápidamente
reconfigurado y vuelto a poner en circulación en cuestión de días. El mercado
negro de teléfonos usados que han cobrado vidas es un prospero y creciente
negocio. Las compañías de celulares son calladas cómplices de este circulo
vicioso de muerte.
Muchos escuchamos hace un par de años los pactos que
hicieron las compañías para marcar electrónicamente todos los equipos, nunca
volver a activar los teléfonos robados y denunciar a quienes pretendieran
activarlos. ¿qué pasó entonces? Pues que no han cumplido. Según cálculos de
expertos y de la Alta Consejería para la Seguridad Ciudadana, mensualmente
deberían estarse desactivando y reportando en promedio de 500 mil aparatos.
Pues bien, en los últimos 6 meses las compañías de celulares han desactivado 80
mil equipos, es decir menos del 3% de lo que deberían hacer. ¿qué pasa con el
otro 97% de equipos? Pues que vuelven al mercado por que es un buen negocio para
las empresas y es un negocio al que no van a renunciar.
¿qué argumentan las empresas? Que tecnológicamente es muy
difícil, que llevar registros es complejo, que esa cifra no es real, que es muy
costosa toda la operación, etc. Pero al igual que la Ford en los setentas,
nuestras compañías ya hicieron su calculo y saben que les va mejor con un dejar
hacer, dejar pasar. Máxime en un país con una legislación donde esta más cerca
la posibilidad de encarcelar al muerto por haberse dejado robar, antes que ver
un fallo de condena contra una de estas empresas por su irresponsabilidad con
la vida de la gente.
¿Todo esta perdido? No. Hay una opción. El gobierno Nacional
adjudico las llamadas licencias de Cuarta Generación o 4G que permitirán
mejorar ostensiblemente el pésimo servicio de estas compañías de celular, para
ello se necesitará instalar nuevas antes en la mayoría de las ciudades, esto
dependerá de los Planes de Ordenamiento Territorial y de los permisos que den
los alcaldes. Es decir, por primera vez, después de meses y años en que los
alcaldes y el gobierno nacional le han rogado a estas compañías que se
comprometan, son los alcaldes los que tienen la sartén por el mango. Para
decirlo de una vez: los alcaldes de ciudades capitales y de grandes ciudades,
el mismo gobierno nacional debería condicionar la instalación de la
infraestructura de 4G al cumplimiento de las obligaciones por parte de las
compañías de telefonía celular en lo que respecta a la desactivación de equipos
y otros compromisos no solamente de servicios sino en especial de seguridad, de
seguridad en la vida de los usuarios. Esta debería ser una exigencia conjunta
entre todos los gobiernos urbanos en Colombia.
¿Qué podemos perder? Ya tenemos uno de los peores y más
caros servicios de telefonía móvil del mundo, no creo que nos puedan amenazar
con algo peor, no creo que tengamos mucho que perder pero si hay muchas,
muchísimas vidas que ganar… Si no lo logramos, ya estoy empezando a escribir el
adendo al libro de Bakan para mostrar que aquí tenemos casos más aberrantes de
capitalismo a ultranza.
Seguramente el Ministerio de vivienda se opondrá a esa idea porque se opone al libre comercio, de la misma manera que se opuso al decreto de Medellín que condicionaba la conexion de servicos a una revisión estructural.
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